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La ermita de Nuestra Señora de Carrascosa se encuentra a 2 kilómetros de Berlanga. Es conocida popularmente por los berlangueses como “la carrascosita”. El edificio actual es del siglo XVIII, aunque el culto a la Virgen de Carrascosa está documentado desde el siglo XV. En la fachada de la ermita se puede ver la fecha de 1745, que bien pudiera ser la de una restauración. En su entorno antiguamente había viñas y se realizaba la romería el segundo domingo de septiembre con motivo también de catar las viñas y buscar fecha para la vendimia. La ermita se encontraba en ruinas y con peligro de caerse; se utilizaba para estabular las ovejas.
GPS: 41.488058, -2.849610
Visitamos la ermita y al llegar también lo hacía Juan Catalina Moreno en su furgón de trabajo. Resultó una coincidencia, pues se acercó en aquellos momentos a realizar una tarea. Juan es un vecino de Berlanga que tiene una compañía de teatro, títeres, relatos y folclor. Con las ganancias de la compañía se dedicó a restaurar la ermita y aquí tiene un lugar en el que trabaja en el taller para fabricar sus instrumentos musicales, muñecos y escenarios. También lo tiene como museo etnográfico con aperos y objetos recogidos de su familia y como centro cultural en el que hacer encuentros con otros artistas. Juan organiza el festival de títeres de Soria desde el año 2006.
Pero vuelvo a nuestro encuentro, ha sido un placer conocer a Juan y poder charlar sobre la restauración de la ermita, sobre su trabajo y sus obras. Con una gran generosidad me regala uno de sus libros, “Cuentos de la Tierra para contar”, que he disfrutado leyendo. Me ha enseñado algunas fotografías de su última obra “El circo de las ranas”, que se trata de un espectáculo de títeres. El personaje que cuenta la historia es un barrendero, quien nos hace reflexionar sobre toda la basura que generamos tanto física como mental. Y lo importante que es hacer lo que uno tiene que hacer, su misión en la vida. Él de joven aprendió a escuchar y entender a las ranas, ellas le enseñaron algunas cosas que se nos han olvidado los humanos. Podía estar todo el día hablando con Juan y no me cansaría, pero también tenía en el pensamiento que estaba ocupando su tiempo de trabajo. Os dejo el enlace de su página para conocer más sobre Juan Catalina:
La ermita de San Baudelio se ubica en un paraje aislado a dos kilómetros al sureste de la pequeña localidad soriana de Casillas de Berlanga, una pedanía de Caltojar, asentándose sobre una suave ladera que desciende hacia el curso del río Escalote.
GPS: 41.418426, -2.790410
Fue declarada Monumento Nacional en el 1917. Su edificación es del último tercio del siglo XI, momento en el que los reinos cristianos aseguran definitivamente el control territorial de estas tierras. Artistas mozárabes llevaron a cabo la construcción de la ermita en la que es evidente la mezcla de influencias y la fusión de elementos cristianos y musulmanes. Muy posiblemente sobre este lugar se organizó ya en el siglo X un cenobio o pequeño monasterio dedicado a la advocación de San Baudelio o Baudilio, un diácono galorromano que vivió en el siglo IV y sufrió martirio por decapitación con un hacha siendo enterrado en las cercanías de Nimes (Francia).
La cueva que dio origen a este cenobio se prolonga en doble quebrada con piso desigual y tiene unos 16,25 m de longitud x 1,40 de altura. Está excavada en roca caliza y semioculta dentro del recinto religioso y a ella se accede desde el ángulo suroeste del interior de la ermita.
En el espacio exterior que rodea al ábside, existe una necrópolis rupestre que alberga una veintena de tumbas antropomorfas cubiertas por lajas cuya existencia puede datarse alrededor del siglo X, permaneciendo operativa probablemente hasta el siglo XVI.
Toda la sencillez que el visitante puede apreciar en exterior del edificio contrasta sorprendentemente con la riqueza estructural de su extraordinario espacio interior, la cual se ve incrementada por el desbordante y sofisticado programa pictórico con el que fueron decorados sus muros hasta el punto de que este excepcional monumento ha sido considerado por muchos historiadores como “la Capilla Sixtina” del exclusivo y singular arte mozárabe español.
En el centro de la nave se yergue una potente columna que actúa de soporte tectónico de la que parten ocho nervios radiales conformados por arcos de herradura evocando la forma de una palmera que van a descansar sobre ocho ménsulas colocadas en las 4 esquinas y en el centro de los 4 lados de los muros perimetrales del templo. Resulta insólito que en la parte superior de esta columna central se construyera un pequeño habitáculo a modo de nicho oblongo de 2,5 metros de altura y al que se accede por una cavidad situada entre la plementeria de los nervios. Resulta prácticamente inaccesible si no es con la ayuda de una escalera portátil. Este diminuto espacio estratégicamente oculto está cubierto con una pequeñísima bóveda de seis nervios de crucería de tipo califal. Podría tratarse de un relicario, una especie de camarilla, tabernáculo u ostensorio en el que quedarían custodiadas las reliquias sagradas de San Baudelio, objeto de veneración y motivación para la erección de este edificio.
La decoración pictórica de la ermita sigue un elaborado programa iconográfico que cubre todo el espacio interior disponible. Se concibió un discurso con una premeditada doble finalidad estética y didáctica, cuya lectura debe ser realizada de manera ascensional “desde abajo hacia arriba”. Los fieles analfabetos de la Edad Media debían dirigir su mirada paulatinamente desde el zócalo hacia las partes altas de los muros y de allí hasta las techumbres del edificio, lo que simbolizaba ascender “de lo terrenal a lo celestial”.
En las paredes de la nave, el espacio del zócalo se decoró con motivos de pabellones geométricos, frisos de cortinas. A continuación, y separada por una banda de líneas geométricas, aparece un friso figurado con escenas de tema cinegético y animales. De nuevo, una greca de meandros separa este friso del de la parte más alta, donde se sitúan escenas bíblicas de la vida y pasión de Cristo. Por último en cada uno de los 8 plementos de la bóveda se representan 8 escenas con el ciclo de la vida de la Virgen e infancia de Cristo: la Anunciación y Visitación; la Natividad, la Anunciación a los pastores, la Epifanía, el Viaje de los Magos, la Matanza de los Inocentes, la Presentación en el Templo y la Huida a Egipto.
En 1922, parte de sus obras pictóricas fueron vendidas a un marchante de arte y, tras ser arrancadas de los muros, se distribuyeron entre varios museos, como el Museo del Prado en Madrid y algunas instituciones estadounidenses. El Museo del Prado tiene seis pinturas: El oso, el Guerrero, motivos decorativos, el famosísimo elefante y las no menos espectaculares: La caza del Ciervo y La cacería de las liebres. El Museo de Bellas Artes de Boston, donde se guardan La Santa Cena +friso de meandros y Las Tres Marías ante el Sepulcro. En el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York -The Cloister- hay tres pinturas sorianas: Curación de Ciego y Resurrección de Lázaro, Las tentaciones de Cristo y el emblemático Dromedario. En el Museo de Arte de Cincinnati están seis piezas de la ermita: El Halconero, San Nicolás, Noli me tangere, Ibis, Torre y Dos lebreles rampantes. El Museo de Arte de Indianápolis posee las pinturas Las Bodas de Caná y Entrada de Cristo en Jerusalén.
La iglesia románica de San Miguel se encuentra en Caltojar, a 11 km de Berlanga de Duero.
GPS: 41.402862, -2.764206
La iglesia fue edificada a finales del siglo XII y principios del siglo XIII, aunque ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos. La más importante fue la que sustituyó el ábside del lado sur por una dependencia de planta rectangular. En esta reforma también se construyó la torre de campanario actual, que aprovecha la base de la románica. Es uno de los edificios más importantes del románico rural de Soria, lo que nos indicaría la importancia de la ciudad de Caltojar en ese momento. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1981.
En la portada sur podemos ver en su tímpano una figura central en bajorrelieve del arcángel San Miguel, apoyada sobre un pinjante que divide la entrada en dos arcos de medio punto. Lo decoran cuatro arquivoltas abocinadas, decoradas las tres interiores por un sencillo baquetón y por un motivo de zigzag la exterior, y un guardapolvo ornamentado con puntas de diamante completan la portada. El tímpano y los arcos se sujetan con juegos de basas, fustes y capiteles, estos de sencillos motivos vegetales, alzados sobre zócalos de fábrica.
En el muro oeste destaca un gran rosetón. Está formada por cuatro círculos concéntricos. El exterior y el más interior están decorados con motivos vegetales. El interior de la iglesia no lo pudimos visitar al estar cerrada.
En Caltojar existe un museo callejero de Picasso al aire libre desde el año 1981, centenario del nacimiento del pintor.
GPS: 41.401484, -2.763385
El alcalde Ángel Molina y su secretario, Ángel Nuño, que junto con la maestra, los niños y algunos adultos, con muchísimo interés y trabajo, dotaron al pueblo de unas pinturas, realizadas siguiendo las líneas que marcaba un proyector. Gracias a la restauración realizada en 2014, actualmente podemos gozar de más de 50 reproducciones de las obras de Pablo Picasso.
En el término municipal de Caltojar hay dos atalayas musulmanas construidas en el siglo X que formaron parte de las líneas defensivas situadas en esta zona de frontera durante la Reconquista. Vamos a visitar la atalaya de la Veruela.
GPS: 41.392330, -2.737972
Controla el valle del río Torete o Bordecorex. Tiene unos 10 m de altura y 5 de diámetro y se divide en 3 pisos: el inferior sin vanos y en el segundo se encuentra la puerta. Presenta un singular arranque de un muro en su lado norte, integrado en el resto de la construcción. Comunica visualmente con la atalaya de La Ojaraca. Fue restaurada en el año 2001, cuenta con una escalera de caracol metálica para acceder a la entrada en alto, y escalas también metálicas que comunican sus dos pisos y la terraza.
