viernes, 22 de mayo de 2020

Combarro

Combarro es una parroquia del municipio de Poyo (Poio en gallego) a seis kilómetros de Pontevedra. Es conocido por ser uno de los pueblos más bonitos de las Rías Baixas. Destaca por sus numerosos hórreos de piedra alineados a la orilla del mar. GPS: 42.429637, -8.706027


El casco antiguo de Combarro, declarado conjunto histórico, artístico y pintoresco en 1972, constituye una muestra representativa de tres elementos arquitectónicos tradicionales de Galicia: los hórreos, las casas marineras y los cruceros (cruceiros en gallego). La estructura urbana actual data del s. XVIII y las casas se ordenan en un heterogéneo conjunto de callejuelas que parten de dos vías principales, la Rúa y la calle de San Roque, que exhiben las típicas casas de pescadores de las Rías Baixas con soportales con columnas de planta baja y un patio.


Combarro está construido al lado del mar manteniendo casi intacta su estructura urbanística y su marcado estilo del siglo XVIII o XIX. Cuando llegamos a Combarro lo mejor es intentar estacionar en la Avenida Francisco Regalado al lado del puerto, desde allí caminando accederemos a la Plaza Peirao da Chousa que antiguamente era una playa, donde veremos los primeros hórreos y los restaurantes que hay en ella.


Ahí nos encontramos con “A Gurita” que es una roca de granito en la que se trató de hacer unas escaleras y que nos da paso a otras de madera que nos dejarán en una estrecha y empedrada calle, A Rúa, donde a la derecha tendremos los hórreos y a la izquierda muchas casas antiguas de piedra de pescadores hoy transformadas en tiendas de recuerdos y restaurantes.




La parte baja de las casas se usaba como almacén de aperos de pesca y bodega y la parte alta era destinada a la vivienda en sí. Desde ella se accede a los típicos balcones que siempre están orientados hacia el mar. Si estos se construían con madera o hierro forjado significaba que su dueño pertenecía a una clase humilde, o era marinero. Los balcones de piedra pertenecían a las familias más adineradas. Los de madera o de hierro se pintaban con colores muy vistosos ya que los marineros utilizaban la pintura que les sobraba de pintar las barcas.



Entre los hórreos se pueden ver una especie de callejuelas que servían para poder bajar o subir las barcas de pesca al mar.



La principal función de los hórreos era la de almacenar alimentos como patatas, grano y secar el pescado. Inicialmente se construyeron con cañas trenzadas y techo de paja, y con el tiempo sustituyeron estos materiales por piedra y madera. Hay quien dice que Combarro tiene 88 hórreos, 34 de madera y piedra, 16 de madera, 13 de piedra solamente, 18 de ladrillo y 7 de piedra y ladrillo. (O Pintor de Combarro)



El paisaje más fotografiado quizás sean los hórreos alineados a la orilla del mar y más si la marea está baja. Son treinta los que se ven así y que hacen de este lugar una estampa preciosa. La explicación de que los hórreos se encuentren tan juntos y alineados en la costa es porque muchos propietarios tenían fincas en la otra orilla y lo más cómodo era descargar y almacenarlas en el hórreo desde las barcas y no tener que transportarlas al interior.



Los cruceiros son monumentos religiosos extendidos en la cultura gallega, situados en caminos, encrucijadas o cerca de ermitas, iglesias y cementerios. Se cree que su fin era dar protección a ese lugar. En Combarro hay un total de 7 cruceiros, con la característica de que la figura de la Virgen está mirando al mar, y el Cristo a la tierra.  Menos uno, el "cruceiro moderno" cerca de la playa de Padrón. La Virgen mira hacia el pueblo para dar protección a los marineros.



Este cruceiro se trata de uno de los más antiguos de Combarro, se encuentra en la Plaza de la Fuente y data de 1721. En un principio estaba en el centro de la plaza, pero luego fue trasladado a un lateral para dejar sitio para la fuente. En la base de la columna muestra en relieve los símbolos de la Pasión y Descendimiento de Cristo y antiguamente estaba policromado.


Cruceiro al lado de la Playa de Pinela – Padrón. Su construcción es de 1997 y fue donado por una familia. Es el único cruceiro de Combarro en el que el Cristo mira hacia el mar y la virgen hacia la tierra. Esto se debe a que en el fuste se encuentra una representación de la Virgen del Carmen, que por ser la patrona de los marineros ofrece mayor protección a los trabajadores del mar.


Continuando el recorrido por la calle principal llegaremos a la Playa de Pinela – Padrón, desde aquí serán quizás las vistas más bonitas de Combarro y como ya dije, si la marea está baja podemos sacar unas bonitas fotos perfilando toda la hilera de hórreos que se pueden contemplar.



En los alrededores hay rincones muy bonitos. Todo el conjunto es muy bonito, quizás lo peor de Combarro seamos los turistas que en verano están por cientos.



Subiremos por la Rúa da Fonte y Rúa de San Roque con menos tiendas hasta llegar a la Iglesia de San Roque que data del s. XVIII. En el lugar en el que se encuentra actualmente, había un oratorio en el cual se reunían los vecinos para rezar, en aquel entonces las misas se realizaban en la isla de Tambo a la que se podía acceder a pie cuando las mareas lo permitían. Inicialmente la iglesia estaba consagrada a San Sebastián, pero tras ser la región azotada por una terrible peste, la iglesia se consagró a San Roque que era considerado un gran protector contra males y enfermedades. Al lado de la iglesia hay un cruceiro con fuste cilíndrico con la imagen de San Roque y su perro. Este cruceiro fue inmortalizado por el escritor y dibujante gallego Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao en su obra “As cruces de pedra na Galiza”.


Un poco más adelante nos encontramos con la Plaza de San Roque, en ella podemos encontrar dos cruceiros. Aquí se puede ver como están construidas las casas sobre la roca de granito. El edificio que podemos ver y que hace las funciones de biblioteca es del siglo XVIII. Destaca en él la “solaina” que es el balcón de piedra con escaleras orientadas al sol característico de la arquitectura tradicional gallega.


Los cruceiros solían tener delante un pequeño altar y contrariamente a lo que los visitantes creen, este era para posar los ataúdes en las marchas fúnebres de camino a las iglesias para descansar y hacer unos rezos. En la plaza, en el primero veremos al Cristo y a la Virgen del Socorro con una especie de garrote en la mano.




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