jueves, 25 de junio de 2020

Catoira

Catoira es un concejo de Pontevedra. Se encuentra situado en la comarca de Caldas, limita con los municipios de Valga, Caldas de Reyes, Villagarcía de Arosa y con el río Ulla. GPS: 42.675716, -8.720804


Iglesia de San Miguel de Catoira, de los siglos XIV – XIX. La iglesia medieval original respondía a la tipología galaica del denominado gótico marinero de la primera etapa (1250 – 1350), caracterizada por tener planta de nave única, rectangular, tejado con estructura de madera sobre arcos apuntados transversales y cubierta de teja a dos aguas.


Este pequeño templo experimentó sucesivos añadidos, reedificaciones y cambio de orientación litúrgica a lo largo de los siglos hasta convertirse, a finales del siglo XIX en un templo de nave única, rectangular, cubierta de bóveda de cañón con arcos fajones. Su ecléctica fachada presenta rasgos barrocos en lo que se refiere a organización, decoración y planteamiento iconográfico.


En la alameda de Catoira podemos ver un monumento a Diego Gelmírez o Diego Xelmírez que fue el primer arzobispo de Santiago, impulsó la construcción de la catedral de Santiago de Compostela. Hay dudas del lugar de nacimiento que se cita en Catoira o en Santiago de Compostela en 1068. Se convirtió en obispo en el año 1100. Escribió en latín la Historia Compostelana. Tuvo amplios poderes eclesiásticos y civiles, como administrar justicia o (rasgo insólito en la España cristiana, que lo separa de los nobles y lo acerca a los monarcas) acuñar moneda en Santiago. En 1125, actuando aún como legado pontificio, Gelmírez hizo un llamamiento a la cruzada contra los musulmanes, desde el concilio reunido por su iniciativa en Compostela. El fondo de la ría de Arosa, a escasa distancia de Compostela, constituía un enclave estratégico para hacer frente a las incursiones (normandas y sarracenas). Allí existía una fortificación, el Castellum Honesti, del que había sido teniente el padre de Diego Gelmírez, que constituyó objeto de atención preferente por parte del prelado. Fue el primer organizador del poder naval de Castilla y León, e instaló la primera cancillería: en 1128 Alfonso VII creó la del reino de León y nombró a Gelmírez canciller, vinculando el cargo a los obispos de Compostela. Se cree que falleció en Santiago de Compostela en 1139.


El antiguo edificio del ayuntamiento estuvo en servicio hasta el año 2018.


Las Torres de Oeste se encuentran en la parroquia de Oeste (Santa Baia). El origen se remonta, al menos, al siglo II a. C., ya que allí se emplazó un poblado castreño. Con la llegada de los romanos se construyó el Castellum Honesti, también conocido con el nombre de Turris Augusti, lo que hizo que el poblado se convirtiera en un importante puerto comercial, gracias a la potenciación de su estructura defensiva y por su indudable situación geográfica estratégica que permitía la llegada por vía marítima a tierras de la actual Galicia, según se refleja en el tercer libro de De Chorografia, del geógrafo Pomponio Mela, del año 44, que se refiere a Hispania.


En el siglo IX, el gran rey jacobeo Alfonso III el Magno (866-910) comenzó en la actual parroquia de Oeste (Santa Baia) la construcción de una gran fortaleza que impidiera la llegada de naves invasoras a estas tierras, como lo acredita el crismón de la Victoria encontrado en sus ruinas y que hoy se guarda en el Museo de Pontevedra.


La misión de esta fortaleza defensiva era esencial: protegía la ciudad de Santiago y las poblaciones vecinas de los ataques de los vikingos, normandos y sarracenos. Durante el reinado de Alfonso V (999-1028) se reconstruyó la fortaleza y en 1024 pasó a depender de la Mitra compostelana, que la consideraba un elemento de defensa esencial para la ciudad de Santiago, debido a la amenaza de posibles invasiones piratas o sarracenas.


Durante los pontificados de Cresconio (1037-1066), en el que se puso al frente de esta estructura defensiva al padre del futuro arzobispo Diego Gelmírez, que luego sería el primer arzobispo de Santiago de Compostela y de Diego Peláez (1071-1094) se continuaron las obras para reforzar el recinto amurallado.


Gelmírez, primero como administrador de la diócesis (1096-1100), más tarde como obispo (1100-1120) y, finalmente, como arzobispo (1120-1140) y representante del rey Alfonso VII (1111-1157), mandó reforzar las defensas para proteger a la diócesis de los ataques de los sarracenos. Como apoyo complementario de las torres, el prelado situó en sus inmediaciones una pequeña flota armada que impidiese el paso a Iria y Santiago por el río Ulla.


Esta estructura defensiva fue tan importante para la protección y seguridad de estas tierras que un libro tan emblemático para el Camino de Santiago como la Historia Compostelana la consideró “llave y sello de Galicia”. El recinto amurallado llegó a estar formado por siete torres, de las que solo quedan las ruinas de dos en pie y los cimientos de otra. La torre principal llevaba el nombre de Lugo, pues parece que fue costeada por esta ciudad, consciente de la necesidad de contener los ataques vikingos en las costas gallegas e impedir su asalto a las principales ciudades y villas de Galicia.


Diego Gelmírez levantó también junto a las torres una sencilla capilla prerrománica, de nave única, ábside semicircular y una espadaña dedicada al apóstol Santiago. Fue construida en el año 1.122 y tiene la particularidad de contener una escultura de Francisco Asorey, quien para los grandes conocedores de las artes es uno de los artistas escultóricos más importantes del Siglo XX.


En 1970 estas ruinas fueron declaradas Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.


Desde 1960 el primer domingo del mes de agosto se celebra en Catoira la romería vikinga, una fiesta que escenifica los ataques que sufrió Galicia en la Edad Media a manos de los pueblos normandos. Es una de las fiestas más populares de todo Galicia y en el 2002 obtuvo la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional. Desde hace años la romería vikinga estrecha lazos de amistad con los países nórdicos, con los que promueve un intercambio cultural.


Ciudadanos ribereños y de la localidad danesa de Frederikssund, hermanada con Catoira, llegan en una réplica de un barco vikingo, ataviados con ropas, cascos y armas de la época y desembarcan junto a las torres escenificando un ataque a su estructura defensiva. Todos celebran después una fiesta marcada por la confraternidad entre los dos pueblos.


El Paseo de las Torres de Oeste es una senda peatonal con grandes pasarelas que nos llevan por encima de las marismas hasta los restos de las torres medievales y también junto al embarcadero donde normalmente podemos ver las replicas de los drakkar vikingos.


Frente a las torres hay un islote llamado Illa do Rato (isla del Ratón). Está en medio del Río Ulla. Esta isla es emblemática porque marca la ruta fluvial del Camino de Santiago mediante su increíble cruceiro, donado por la Dirección General de Bellas Artes de la zona. Este cruceiro contiene 4 cruces de Santiago en cada una de sus caras, además de imágenes de Cristo y de la Virgen. Un punto emblemático para los peregrinos.


Justo al lado de las torres se encuentra un puente de 987 metros de largo construido en 1979 para unir Rianxo (Coruña) y Catoira (Pontevedra) evitando un rodeo de 23 kilómetros pero que dejó marcado el paisaje para siempre. A este hay que añadirle más abajo otro, el puente de celosía metálica más largo de Europa, con 1.620 metros de longitud de un color verde desvaído supuestamente pensado para reducir su impacto visual y por el que circula el tren AVE. Entró en funcionamiento en el año 2015.



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