jueves, 18 de junio de 2020

Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo

El Palacio de Ramiro I ubicado en la falda del monte Naranco en Oviedo es una singular construcción sin una finalidad esclarecida (palacio, iglesia, pabellón real, aula regia, etc.). El edificio, de planta rectangular, está dividido en dos pisos, uno inferior o cripta que es totalmente cerrada y una superior diáfana, unidas por una escalera exterior. La construcción, de cuidada mampostería, está elevada sobre un zócalo de piedra para imprimirle un sentido vertical que se refuerza con los contrafuertes estriados que llegan hasta el tejado. GPS: 43.379257, -5.865914


El piso inferior o cripta, es similar a la de Santa Leocadia, en la Cámara Santa. Se accede a ella desde el exterior, y está totalmente abovedada reforzada con arcos fajones. Al piso superior se llega desde la escalera exterior. Es una sola estancia con miradores a ambos lados y unas ventanas ajimezadas que simulan otro piso en una de sus caras. Los miradores se estructuran en triple arquería que apoyan sobre columnas con fustes labrados y capiteles corintios. Exteriormente, desde las ventanas penden pilastras estriadas y con cruces que se rematan en medallones con figuración animal y humana. El interior, totalmente abovedado, está recorrido por arcos fajones que repiten la decoración exterior de pilastras decoradas con remate de medallones. Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1985.


La iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo dedicada a San Miguel Arcángel, construida por el rey Ramiro I se encuentra a escasos metros de Santa María del Naranco. Posiblemente es la que, según la crónica Albeldense, este monarca mandó a construir junto a sus palacios, con función de iglesia palatina. En principio, pudo estar dedicada a Santa María y San Miguel. Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1985. GPS: 43.380385, -5.867873


Originalmente tuvo planta basilical de tres naves, pero solo se conserva una tercera parte de su longitud, porque durante el siglo XIII o principios del XIV se arruinó posiblemente a causa de las malas condiciones del suelo. Se conserva únicamente el vestíbulo y el arranque de sus tres naves. Sobre el primero se encuentra la tribuna real, flanqueada a ambos lados por dos pequeñas estancias. Muy destacable es la decoración escultórica en relieve; especialmente la de las jambas de la puerta de entrada, posiblemente inspirada en un díptico consular bizantino del siglo VI, perteneciente al cónsul Areobindo, que se conserva en el Museo de San Petersburgo. Presenta escenas circenses con un saltimbanqui haciendo acrobacias y un domador de leones. Toda la decoración escultórica en jambas, basas y capiteles denota una fuerte influencia bizantina, oriental e incluso lombarda, presentando un cierto encanto primitivista y antinaturalista.



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