viernes, 12 de junio de 2020

Miranda do Douro

Miranda do Douro es una ciudad portuguesa del distrito de Braganza. En la antigüedad perteneció al convento de Astorga, en León, del que quedó influida cultural y lingüísticamente. En Miranda se habla junto al portugués el idioma mirandés, que es un habla derivada del dominio lingüístico asturleonés y que tiene carácter oficial. La entrada de hoy es larga porque hay mucho que contar. GPS: 41.495559, -6.273092


Miranda está situada en la margen portuguesa del río Duero y desde España se accede a ella cruzando por el paso fronterizo que se abre sobre la presa de Miranda, una de las presas que cortan el río a lo largo de la frontera hispano-portuguesa.


El paisaje característico de su emplazamiento está formado por altas paredes de granito que encajonan el curso del agua en su tramo internacional.


Hasta la desaparición de fronteras en la Unión Europea, Miranda do Douro era visitada en busca de productos textiles, café y productos artesanales de bronce, entre otros. Hoy en día se sigue visitando por estos mismos productos además de embutidos, miel, almendras, aceite, calzado, etc. En la imagen la Rúa do Mercado.


Miranda se encuentra en un espacio protegido el Parque Natural do Douro Internacional, y a escasos metros de otro el Parque Natural de Arribes del Duero, que en realidad deberían ser uno solo, pero las divisiones administrativas, en este caso la frontera entre dos estados distintos, no lo permite.


Al recorrer sus calles podemos ver un pueblo lleno de tradiciones y de historia, en la Praça de Largo de Dom João III encontramos el Museu da Terra de Miranda y que ofrece una completa colección de objetos locales: vestuario, telares, instrumentos, muebles de época, máscaras, etc.


En 1545, Miranda do Douro pasa de ser Villa a Ciudad episcopal. La primera Casa de la Cámara refleja los dos tiempos de la historia de la ciudad. Sobre los dos arcos, en bóvedas incipientes del primitivo Pazo episcopal, se construyó, en la segunda mitad del siglo XVII, la estructura el moderno edificio, cuyo alpendre se apoya en la anterior estructura medieval, sobre cinco columnas toscanas. Esta reforma fue dirigida por el juez Dr. Cardoso e Carvalho. En 1790 fue destinado a la cárcel. En 1982, fue instalado el Museo de la Tierra de Miranda por el sacerdote António Maria Mourinho.


El patrimonio del museo está formado por colecciones arqueológicas que corresponden a diversos períodos históricos, así como por una importante colección etnográfica de la región transmontana. De todos, el más significativo es el núcleo dedicado a Miranda.


Los diferentes artes y oficios de esta tierra están representados en diversas salas, a través de aperos agrícolas y objetos usados en la promoción y tratamiento del vino. Ilustrando la tejeduría, se exponen instrumentos de confección de lana y de lino, numerosas piezas de lino y lana y una colección de prendas del traje mirandés.


En la misma plaza podemos ver unas estatuas en bronce que representan a un hombre y a una mujer mirandeses con los trajes típicos. El elemento que destaca es la "Capa de honras" que era utilizada para lucir los días de fiesta y que hoy todavía conservan muchos mirandeses heredadas de sus ancestros. Esta obra es del escultor José Antonio Nobre.


La "Capa de honras" es una prenda, que probablemente venga de la Edad Media, heredera de la capa pluvial que la iglesia utilizaba para las ceremonias exteriores, que, en un principio, tenía por finalidad proteger a ‘os boieiros’ (vaqueros) y a los pastores de las inclemencias meteorológicas en los meses más duros, principalmente en invierno. Esta capa era simple y escasamente ornamentada, ya que constituía una prenda de trabajo. Con la llegada de los cambios en las costumbres cotidianas y de trabajo de los mirandeses, la capa deja de ser utilizada como ropa de trabajo y permanece como traje festivo y simbólico, utilizado, en un principio, por las autoridades locales de Miranda do Douro y sus feligresías.


La Cámara Municipal, el Ayuntamiento, el actual edificio es de estilo neoclásico tardío, de finales del siglo XIX. De planta longitudinal y con un frente tripartido por pilastras. El cuerpo central termina en un frontón con las armas nacionales y de la ciudad, en el segundo piso se observan cinco balcones de hierro forjado. Fue levantado para instalar el Tribunal de la Comarca, pero al final terminó albergando el nuevo Ayuntamiento a mediados del siglo XX.


La Antigua Hospedería de la Zambeira, siglos XV y XVI, es un edificio de tres pisos, que refleja las disputas de la élite urbana por los espacios más próximos a la Plaza Central en el final de la Edad Media. Destaca el tercer piso con ventanas geminadas de doble arco con cuatro cachorros de Baco que anunciaban la mejor hospedería de la ciudad donde un vino caliente daba la bienvenida a los que llegaban a la capital diocesana.


En la Rúa de la Costanielha se encuentra la Casa de los Cachorros Zambargonhados o también llamada Casa das Quatro Esquinas. Esta famosa casa medieval (siglo XVI) es peculiar, no solo por sus cuatro ventanas en esquina, sino por sus dos ménsulas, una en la propia calle Costanielha y otra orientada hacia el este. Sí, ménsulas, esos voladizos para apoyar otro elemento (desde macetas a figuras de santos) y que pueden tener todo tipo de formas. Para los que se preguntan qué tiene de emocionante una ménsula, os diré que una representa al dios Cronos (o Saturno) y la otra un supuesto perro que pasa la lengua por los genitales de una mujer. Bastante literal, lo que también es propio del uso de este edificio, que al parecer fue hogar del «oficio más antiguo del mundo».


La ciudad de Miranda fue un importante emplazamiento durante la Edad Media, con su castillo, su sede episcopal y sus distinguidos señores nobles mirando desde lo alto de la muralla prerrománica al «diablo español». Tras alguna que otra guerra (el castillo nos lo cargamos nosotros), la fuga del obispo hacia Braganza (cuentan las leyendas que porque no tenía dinero para reconstruir castillos ni palacios) y el paso de los años, la ciudad fue perdiendo su importancia política.


La alcazaba la mandó edificar el rey Dom Dinis en el siglo XIII. La ruina le llegó en el año 1762, durante la guerra de Siete Años. Las tropas españolas sitiaron la ciudad y en el asalto el polvorín explotó y se llevó por aires la fortaleza. Murieron todos sus defensores. En el centro del patio de armas está el pozo con 46 escalones de caracol que había que bajar para coger agua del río Fresno. Hoy remansado y convertido en lago municipal.


La principal calle que da entrada al centro histórico de Miranda es la Rúa Mouzinho, que desemboca en la plaza Largo D. João III. En esta calle se encuentra, a mano derecha el edificio que fue la antigua aduana (alfandêga), y que desde el año 2004 alberga la Casa de la Cultura Mirandesa. Fue construido en el siglo XV, con fachada de piedra y traza medieval, aunque reformado en los XVI, XIX y XX, por lo que se pueden apreciar elementos manuelinos.


La Catedral de Miranda (La Sé) se comenzó a construir en 1552 y se terminó en la última década del siglo XVI, aunque hasta el comienzo del siglo XVII no se instaló el retablo del altar mayor. El proyecto fue realizado por Gonçalo Torralva y Miguel de Arruda. En 1566 el obispo António Pinheiro consagró el altar y en 1609, Diogo de Sousa, obispo de Miranda, comunicaba al papa que la construcción estaba terminada. La catedral es el templo más grande de la región de Trás-os-Montes y fue declarada Monumento Nacional de Portugal en 1910.


El retablo del altar mayor es de estilo manierista o prebarroco, es una de las obras maestras del escultor vallisoletano Gregorio Fernández quien lo realizó, junto a Francisco Velázquez y los hermanos Muniategui, entre los años 1610 a 1614. Fue dorado por el zamorano Alonso de Ramesal entre 1635 y 1637. Tiene una estructura tripartita, separados los espacios por columnas corintias. El panel central está dedicado a la Asunción de la Virgen, y por encima hay un Cristo crucificado —acompañado de la Virgen y San Juan— que está coronado por la figura del Padre eterno, de notable factura. Delante del retablo, justo encima del altar, se encuentran cuatro figuras de evangelistas, de reducido tamaño, que en 1636 el cabildo encargó al escultor zamorano Jerónimo García.


Destaca la sillería del coro originalmente del siglo XVI pero reformada entre 1715 y 1718.


Y el órgano barroco de finales del siglo XVII, con 585 tubos.


El retablo-vitrina del Menino Jesus da Cartolinha (el niño Jesús de la chistera o sombrero de copa) es uno de los polos de atracción de la catedral, y uno de los símbolos identificativos (y turísticos) de la ciudad de Miranda de Duero. Se trata de la imagen de un niño muy bien vestido, tocado con sombrero de copa y con un mundo (o globo) en la mano izquierda. Está rodeado, en su vitrina, de otros ropajes, tocados y uniformes, primorosamente bordados y expuestos. La figura del Menino Jesus cambia de traje en función de los eventos del año. Los devotos le regalan trajes nuevos cada año y las mujeres «casaderas» le llevan camisitas y calcetines para que les consiga un buen novio.


El origen de esta imagen proviene de una leyenda surgida en torno a episodios ocurridos durante la guerra de sucesión de España. En 1711 los españoles invadieron y ocuparon Miranda durante varios meses. En medio de las vejaciones sufridas durante la ocupación aparece en las murallas un niño, vestido de hidalgo caballero, convocando a los mirandeses a levantarse contra los españoles. La población se subleva y al frente se coloca el niño caballero, aunque no siempre hace acto de presencia: unas veces aparece y otras desaparece. Cuando se logró la liberación de la ciudad, se buscó al niño, al pequeño general que impulsó la rebelión, pero no se le pudo encontrar. Los mirandeses, perplejos, terminaron considerando que la oportuna aparición del niño animándoles a la lucha constituía un auténtico milagro, y que la victoria contra los españoles era debida a intervención sobrenatural. El cabildo catedralicio mandó esculpir una figura del Niño Jesús, pero no, como es habitual, como un niño de cuna sino como un preadolescente vestido de caballero. Aunque hay constancia documental en la catedral de la existencia de esta imagen del niño caballero en el primer tercio del siglo XVIII, no podía llevar en esa época un sombrero de copa, prenda inventada un siglo más tarde. La inclusión de ese tipo de sombrero parece ocurrir a finales del siglo XIX, reemplazando a otros sombreros anteriores, posiblemente tricornios o sombreros de ala ancha. Esta imagen es hoy una de las más buscadas por los visitantes de la catedral y se ha convertido, con toda naturalidad, en el patrón de la infancia mirandesa.


Al lado de la Catedral se encuentran las ruinas del Palacio Episcopal. Los primeros obispos tuvieron que residir en el castillo, así que en 1601 se empezó su construcción. Su opulencia no era inferior al de la Sé, al que imitaba su estilo renacentista y además era seminario. Constaba de un patio central rodeado de un claustro con arcada rebajada sobre columnas monolíticas. Los sucesivos incendios hicieron que la diócesis en 1780 se fuera para Braganza.


La Iglesia de la Misericordia, construida al lado de la Santa Casa de la Misericordia, esta fue creada por el Obispo Rodrigo de Carvalho entre 1554 y 1559, mientras que la iglesia se erigió en 1589. La fachada neoclásica es del siglo XVIII, la entrada a la iglesia está franqueada por un arco de medio punto con dos columnas toscanas con capiteles dóricos y rematada con un frontón en forma de concha.


El cañón que forma el Duero es sencillamente impresionante. Varios de los restaurantes de Miranda do Douro así como hoteles tienen vistas al Duero.


En Miranda se come bien y económico, hay muchos sitios donde comer, a nosotros nos gustó mucho el Restaurante Mirandés, pero hay que ir muy temprano ya que aquí acuden autobuses de turistas a comer, nos ofrecerán bacalao preparado de múltiples maneras, alheira, carnes a la brasa, cordero, churrasco, posta mirandesa, etc. Destacan en Miranda los quesos, los embutidos, el aceite de oliva, la miel, etc. GPS: 41.497540, -6.284940


No se puede visitar Miranda sin hacer un crucero ambiental, un pequeño y relajado paseo en barco por las aguas embalsadas del Duero en el que nos hablarán de las especies más significativas de este espacio protegido, especialmente las rapaces que anidan en sus roquedos (buitres, águila real, alimoche, etc.) o la cigüeña negra. Se sale de un embarcadero al lado del pantano. GPS: 41.492296, -6.267977


La Estación Biológica Internacional es el punto de partida de los cruceros que surcan los cañones que forma el río.


Partiendo desde la Estación Biológica Internacional, salen los barcos que surcan el Duero. Muros de hasta 400 metros de altura, con cormoranes aquí y allá, aguiluchos y buitres leonados.


Esta visita incluye al finalizar una degustación de vinos de Oporto y una exhibición de animales rescatados por la estación y que utilizan para ayudar a niños con problemas.


En la entrada de la Estación Biológica Internacional tienen también nutrias criadas en cautividad.


Este Parque Natural do Douro Internacional cuenta con muchos miradores, nosotros nos decidimos por el de la Fraga do Puio, en la localidad de Picote. Lo encontraremos con el nombre mirandés de Peinha de L Puio. El pasear por sus calles es ya un regalo para la vista. GPS: 41.400398, -6.369018


Purtalada y Curralada. La "Purtalada" tenía grandes dimensiones para permitir la entrada de los carros de vacas, cargados de cereales, paja, heno o leña a la "Curralada". Daba también acceso al alpendre (techo de aguas o pórtico) que antecedía al "curral" del patio de la casa. Estas grandes puertas, contruidas normalmente en madera de olmo, tenían dos hojas, siendo insertada en ellas una puerta más pequeña por donde entraban las personas y los animales, donde cada artesano demostraba su creatividad en la fabricación de los cerrojos con figuras zoomórficas o religiosas.


Otra muestra de Picote.


Y caminando un poco llegamos al mirador. Durante el verano de 2017 un incendio destruyó este lugar de observación panorámica sobre el Douro Internacional. Nosotros lo visitamos en 2018, pero actualmente ya se encuentra rehabilitado con una plataforma en vidrio, suspendida algunos metros de altitud sobre las profundidades, que le confiere transparencia para una visión más próxima al río.


Aquí a pesar de la agreste naturaleza, la mano laboriosa del hombre consigue trabajar los olivares y los almendros. Y también la mano del hombre destruye todo el paisaje provocando incendios. Es un grandioso paisaje esculpido por el río Duero hace más de dos millones de años.


Ya pasada la frontera y en la provincia de Zamora, entre los términos municipales de Pino del Oro y Villadepera nos encontramos con el Puente de Requejo. Inaugurado el 15 de septiembre de 1914. En su época, el puente resultante fue el de mayor luz, 120 m, y el de mayor altura, 90 m sobre río, de toda España. Las dificultades que mostraba su montaje, hicieron que ninguna constructora se presentara a las primeras subastas de la obra. La empresa asturiana Duro Felguera fue la adjudicataria de la obra. Los componentes del puente fueron realizados en la principal factoría de la empresa, la fábrica de La Felguera (Asturias).



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