martes, 23 de junio de 2020

Monte Santa Tecla

El Monte de Santa Tecla (en gallego Santa Trega) se encuentra en el municipio de La Guardia (Pontevedra). Desde la cima de este monte, de pronunciadas pendientes, se domina la desembocadura del río Miño, el océano Atlántico y los montes de Portugal y Galicia, por lo que constituye un enclave estratégico habitado desde mucho antes del asentamiento del Castro de Santa Tecla, como atestiguan petroglifos allí encontrados. GPS: 41.892506, -8.869318


La citania de Santa Trega está considerada como uno de los ejemplos de cultura castreña – romana más importante del noroeste peninsular. El gran yacimiento arqueológico que ocupa unas veinte hectáreas de superficie, de las cuales tan solo una pequeña parte está excavada, tiene sus orígenes documentados en el s. IV a. C. alcanzando su mayor grado de desarrollo en el cambio de era. En la península del Trega se desarrolla una verdadera ciudad, de entre 3000 y 5000 habitantes en la que confluyen las culturas mediterráneas y atlánticas.


Fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en el año 1931 y también tiene la consideración de Bien de Interés Cultural. En varias de las piedras del monte se encuentran petroglifos elaborados 2.000 años antes de la ocupación del castro, por lo que, según la tesis mantenida por Antonio de la Peña Santos, director de las últimas campañas de excavaciones sistemáticas en la década de los ochenta, tuvo una ocupación continuada entre los siglos I a. C., al poco de comenzar el proceso de romanización de Galicia, y el siglo I d. C., y a partir de ese momento comenzó un lento proceso de abandono, que bien pudo haber sido interrumpido con reocupaciones esporádicas temporales en época tardorromana.


El primer descubrimiento del que se tiene constancia fue, en el año 1862, una escultura de Hércules hecha en bronce que fue encontrada por unos canteros que trabajaban cerca de la ermita. Esta escultura fue robada del museo en la década de 1970. De la totalidad de lo excavado, un porcentaje muy bajo del tamaño estimado del asentamiento, en la actualidad solo es visitable la zona septentrional excavada en los años 80 y algunas construcciones de la zona más alta del monte. La zona o barrio oriental excavado por Mergelina y el excavado por otros equipos se encuentran cubiertos por los matorrales y árboles y casi no es perceptible. Este estado de abandono hace imposible su estudio. Esto, unido a la inexistencia de una planimetría del yacimiento, hace que sea muy complicado el estudio en conjunto del poblado.


En el pico de San Francisco se sitúa la ermita de Santa Trega. Según indica un documento del Arciprestazgo de la Guardia, publicado en la web de la Diócesis de Tuy-Vigo, los documentos más antiguos que hay sobre la existencia de esta ermita datan del siglo XII. La parte más antigua del templo, el presbiterio (es decir, el fondo de la iglesia), habría sido construida sobre otra ermita anterior, como se deduce de los vestigios visigóticos hallados en una excavación hecha en 1994. La ermita perteneció al Monasterio de Santa María de Oya. Sufrió varias reformas, en el siglo XVI donde se alargó la nave, en 1962 se reformó el interior y en 1994 se hizo la última reforma en el piso y tejado.


Una muestra de la gran tradición religiosa y devoción son las diferentes festividades religiosas como la romería del 23 de septiembre en honor de la Santa o la centenaria procesión del Voto el último sábado de agosto. En ella los fieles recorren las estaciones del moderno Via Crucis, obra del escultor valenciano Vicent Mengual, que sustituye al antiguo de factura mucho más sencilla. Delante de la ermita se levanta un interesante cruceiro del siglo XVI dedicado a San Francisco que recuerda la presencia de esta orden religiosa en A Insua, pequeña isla portuguesa emplazada en plena confluencia del río con el mar.


Este es un lugar estratégico desde donde se divisaba y vigilaba la frontera del vecino país luso, que viene históricamente marcada por el río Miño.


El Monte Santa Trega se erige como un excelente mirador natural con unas magníficas vistas hacia el estuario del Miño, Portugal, valle de O Rosal y océano Atlántico. Durante la ascensión del monte diferentes miradores permiten descubrir en detalle el entorno. Dos elevaciones se distinguen desde la cima del monte: El Pico del Facho de 328 metros ofrece una amplia panorámica sobre el valle de O Rosal, el casco urbano y, sobre todo, al puerto pesquero.


Antiguamente se encendía por las noches una hoguera (facho) para indicar a las poblaciones cercanas que no había peligros y con una segunda hoguera se informaba de la presencia de intrusos en el mar. El Pico de San Francisco es el punto más elevado del Monte Santa Trega con 341 metros y ofrece unas inmejorables visitas panorámicas. Desde aquí se tienen unas vistas muy bonitas de la Punta de Cabedelo, la Playa da Foz do Minho, la Playa do Camarido y la Playa de Moledo en territorio portugués.



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